Belén, Israel
Belén, Israel, es una de las visitas imprescindibles de Tierra Santa y uno de los lugares de peregrinaje más importantes de todo el mundo cristiano. La ciudad que vio nacer a Jesucristo se encuentra, hoy día, en el terreno de Cisjordania, bajo el mandato de la Autoridad Nacional Palestina, pero para el turista es una zona completamente segura.
La Basílica de la Natividad es, sin ningún género de dudas, el monumento más significativo de Belén. Se trata de un templo construido sobre el Portal de Belén, el lugar en el que nació Jesucristo. La iglesia fue construida en el siglo VI, aunque luego fue restaurada y mejorada durante la época cruzada, hasta alcanzar el aspecto actual. Cuando se interne en esta iglesia, no pierda detalle de los excelentes mosaicos bizantinos que la decoran y que suponen una maravilla del arte sacro de los primeros siglos del cristianismo.
Aunque, por supuesto, cuando entre en la Basílica de la Natividad de Belén, Israel, tendrá que sumergirse en la Gruta de la Natividad. Los primeros cristianos, en el siglo II identificaron esta gruta como el pesebre en el que nació Jesucristo, ya que en aquella época los establos del pueblo se situaban en las grutas del monte.
En el corazón de esta cueva encontrara una estrella de plata de catorce puntas con la inscripción en latín “Hic de Virgine Maria Jesus Christus natus est”, es decir “Aquí, de la Virgen María, nació Jesucristo”. No cabe duda de que es uno de los lugares más espirituales de Tierra Santa.
Justo al lado de la Basílica de la Natividad de Belén encontrará la Basílica de Santa Catalina, otro de los más importantes templos que visitar en la ciudad. Se trata de un templo decimonónico, aunque anteriormente se levantaba en este lugar una iglesia medieval. Destaca de esta construcción su encantador claustro y las capillas.
Aunque, quizás el elemento más importante de la Basílica de Santa Catalina esté en sus grutas, y más concretamente en la Gruta de San Jerónimo, situada justo bajo la propia iglesia. Se trata del lugar donde se refugió San Jerónimo de Estridón, uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia Latina, que vivió como eremita en estas grutas para traducir la Biblia del griego y el hebreo al latín. Un esfuerzo que se consagró en la llamada Vulgata.
Por todo ello, Belén es una de las visitas imprescindibles de Tierra Santa, en la que sumergirse en uno de los episodios más conocidos e importantes del cristianismo.
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