Turismo en Arlés
En Arlés el turismo le llevará a conocer alguno de los tesoros más importantes de Francia. Esta ciudad, que marca el comienzo de la desembocadura del Ródano, está plagada de impresionantes monumentos, algunos de ellos datados en la época del Imperio Romano. Descubra todos los secretos que ofrece esta villa, Patrimonio de la Humanidad.
El Anfiteatro de Arlés es, sin duda, uno de los lugares que deberá visitar en la ciudad gala. Esta enorme infraestructura del siglo I sigue usándose hoy día para diversos eventos, desde corridas de toros hasta conciertos de música clásica. En sus milenarias piedras se escribe, aún hoy, la historia de Arlés.
Tampoco puede perderse el teatro, también de la época romana. En este caso destaca su espectacular estado de conservación, que lo hace uno de los lugares de Francia donde mejor se puede contemplar y vivir el legado romano. Pasee por sus asientos de piedra y le parecerá oír el eco de los versos latinos en sus oídos.
En las afueras de la ciudad se encuentra uno de los rincones más propicios para el turismo en Arlés, Alyscamps – los Campos Elíseos-. Este parque es una gigantesca necrópolis romana que, huyendo de su tétrico pasado, se ha convertido en una de las zonas más encantadoras de Arlés para pasear y disfrutar de la naturaleza a orillas del Ródano. Ya en tiempo de los romanos fue una de las necrópolis más grandes de todo el imperio y su fama continuó hasta la Edad Media y el siglo XIX, cuando fue inmortalizada por varios artistas, Van Gogh entre ellos.
Precisamente el pintor holandés es el protagonista del Espacio Van Gogh, un museo que recoge los trabajos que el pintor holandés realizó en Arlés, como las pinturas de Alyscamps o el Anfiteatro. También destaca el Museo de Bellas Artes de Arlés, con obras de, entre otros muchos artistas, Pablo Picasso.
Si bien el legado romano es, a día de hoy, uno de los atractivos más importantes de Arlés, el turismo en esta ciudad no puede dejar de contemplar sus monumentos medievales. Así pues cabe destacar la Iglesia de San Trófimo, una auténtica obra maestra del arte románico en toda Europa. Su portada occidental está repleta de esculturas de este estilo medieval que representan el Juicio Final. Destaca entre todas ellas el Cristo Pantocrátor en mandorla. Una vez en el interior del templo no deje de visitar su exquisito claustro.
Desde Arlés también podrá internarse en el increíble Parque de Camarga. Se trata de una reserva natural que comprende el delta del Ródano. Es una maravilla para los amantes de las aves, ya que en las frondosas copas de este santuario anidan centenares de especies de pájaros. Entre los más destacados se cuentan los flamencos rosas, que por su exotismo, se han convertido en el símbolo del parque.
